Relata el cronista alicantino Rafael Viravens y Pastor en «Crónica de la Muy Ilustre y siempre Fiel Ciudad de Alicante” (1876) que, la Hermandad Penitencial de Santa Cruz de Alicante, nace en el seno del barrio más antiguo de la ciudad, Santa Cruz, cuya primeras escrituras y documentos constan del S XVIII, en donde los vecinos de dicho barrio ya salían en procesión.
Tras la Guerra Civil, la ermita de Santa Cruz fue destruida junto con el único trono que poseía del escultor menorquín, Antonio Riudavets, compuesto por un crucificado, la Virgen, San Juan y María Magdalena a sus pies.
En el año 1945 se daba la noticia de que la ermita sería restaurada próximamente. Así lo anunciaba el cura párroco de San Nicolás, Francisco Giner, que había convocado en un acto a los vecinos impedidos del barrio de comulgar, en una capilla instalada provisionalmente, junto a la ermita que se encontraba destruida y era el pesar de los vecinos y muchos alicantinos. Así, el párroco agradecía al Gobernador Civil de Alicante entre los años 1944-1948, D. José María Paternina Iturriagagoita, hubiera dispuesto que se iniciaran las obras de restauración y, a su vez, encargando al ilustre alicantino, Tomás Valcárcel Deza, la confección de un nuevo trono, El Descendimiento, cuyo autor fue el maestro sevillano D. Antonio Castillo Lastrucci.
Comenzaba la década de los sesenta cuando D. Manuel Navarro Sierra, párroco de la pequeña parroquia de San Roque en la época, llevó a Santa Cruz una nueva imagen encargada a la escuela Santa Rufina de Madrid y realizada por el maestro D. Luís Ortega Bru, El Cristo de la Fe.
Fruto de la demanda, pasión y tradición que manifestaban los descendientes de los miembros de la Hermandad de aquella época, por un lado, en el año 1994, la Hermandad de Santa Cruz, por primera vez en su historia, introducía un trono nuevo que sería portado solamente por mujeres, La Virgen de los Dolores. Por otro lado, sería al año siguiente cuando los más jóvenes de la procesión, y con la finalidad de seguir la tradición de sus antepasados, se unirían a portar la nueva y última imagen incorporada a la Hermandad, El Cristo de Medinaceli. Ambas imágenes fueron realizadas por Valentín Quinto.
Pero no son solo todos ellos los culpables de que actualmente la Hermandad de Santa Cruz cuente con más de 1500 cofrades. A estos debemos sumarle los actuales y anteriores nazarenos y damas de mantilla que a lo largo de los años han hecho posible que la Hermandad de Santa Cruz llegue al corazón de todos los alicantinos.
Fuente: Viravens y Pastor, R. (1976), Crónica de la Muy Ilustre y siempre Fiel Ciudad de Alicante, Alicante, España, imprenta de Carratalá y Gadea.